CÓMO FUNCIONA
El sistema está compuesto por una resistencia en forma de serpentina, contenida dentro de material polimérico, que le brinda una aislación eléctrica perfecta. La lámina resultante tiene menos de 1 milímetro de espesor.

La lámina es autoadhesiva y se aplica directamente sobre la cara posterior del espejo, de manera sencilla, rápida y limpia.

Finalmente, se conecta al circuito de iluminación y genera un calor controlado, suave y uniforme, que en pocos segundos eleva la temperatura del espejo por sobre la del ambiente, eliminando todo el vapor de la superficie del cristal, manteniéndolo siempre seco, limpio y con óptima visibilidad.